Él es tuyo, ¡y eso es maravilloso!



Las actividades y responsabilidades cotidianas no nos permiten ver con claridad y disfrutar del hombre que tenemos para nosotras. Dios nos dio un hombre que tiene todo lo que necesitamos para ser felices, pero siempre estamos insatisfechas.

El hombre que tienes a tu lado debe ser tu amante, galán, a quien disfrutas y deseas.
El es tuyo, ¡y eso es maravilloso!
1 Corintios 7:4 “El esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa” (NTV).
Cuando te casaste recibiste el derecho a ser satisfecha con el cuerpo de tu esposo.

Un grave error es creer que Dios no quiere que disfrutemos. Esto es sumamente caótico si deseamos tener una buena relación íntima.
Genesis 2:25 “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”.

Dios nos ha dado el privilegio de tener un hombre a nuestro lado para que nos deleitemos en él. No sólo nos dice que debemos amarlo con el amor de 1 Corintios 13, que todo lo sufre, lo soporta, todo lo espera… sino que también nuestro amor por nuestro esposo debe ser un amor por deleite. Nuevamente, el libro de Cantares nos sirve como ejemplo:

Cantares 2:3,4 “Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor”.

No solo debemos sujetarnos a nuestro esposo, tenerle paciencia, amarle a pesar de sus errores… no sólo eso. Es necesario tener el deleite que detalla esta mujer de Cantares, ese amor que se deleita y encuentra satisfacción.
En necesario que tengas un corazón lleno de pasión por el hombre que tienes a tu lado.
Si deseas esta relación de matrimonio apasionada, debes permitir que tu corazón se llene de pasión por tu esposo.

Para disfrutar
A veces nos olvidamos con quién estamos, no tenemos la capacidad de ver sus cualidades porque llenamos nuestro corazón de malos pensamientos y eso provoca pérdida a nuestra relación.
Pero hay un camino diferente. El camino de la libertad es quitar la oscuridad que hemos provocado en nuestra relación matrimonial y comenzar a inflamar nuestro corazón de deleite hacia él, mirarle con detenimiento. Podemos tener la capacidad de ver aquello que Dios nos dio para disfrutar.

Sería muy bueno que pienses qué lugar ocupa tu esposo en tu vida. Pero, no hablo de valor, porque seguramente me dirías que él es muy importante para ti. Hablo de qué lugar ocupa en tu vida.
Ahora bien… piensa y hazte varias preguntas…
¿cuántas horas de calidad tienes con él en el transcurso de la semana?
¿cuánto ríen juntos?
¿cuánta complicidad tienen?
¿y la intimidad? ¿disfrutas con él?
¿estás esperando que él llegue para compartir los mejores tiempos de tu vida?
¿deseas a tu amado?

Responde y sé sincera
Responde estas preguntas y sé sumamente sincera para que puedas ser una amante verdadera y feliz. Toma con seriedad el momento de examinarte, ya que es posible que vivas un engaño al creer que él es importante en tu vida, cuando no lo es. Puede que creas que sí es importante pero no es tu amante, el deseado de tu corazón, tu deleite, tu satisfacción como hombre, en quien disfrutas todas las cosas que Dios diseñó en su plan para el matrimonio…

Realmente sé sincera y deja que el engaño vaya desapareciendo.


Verónica Rodas


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