El verdadero valor



Las mujeres que viven una vida liviana y carnal constantemente están en una búsqueda de mejorar o superar todo lo que son. Les encanta pensar en su propio bien, y les molesta mucho que los demás no hagan lo mismo con ellas.

Es lamentable pero NO CONOCEN AL SEÑOR .

Veremos un gran ejemplo de amor a través de Rut:

Rut quedó viuda joven y tenía dos opciones
1- Volver al lugar donde vivía antes de casarse
2- Amar y cuidar a su suegra

Rut 1:8 "Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo".

Respondió Rut :
"No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré".

Ruth tuvo compasión de su suegra Noemí. Compasión es como entrar compasivamente al dolor del otro. Ruth prefirió considerar la necesidad de Noemí que la suya propia.
Se negó a pensar en sus propios problemas y anhelos como mujer joven que era y esto, sin duda, forma parte de una de las demandas de Jesús a sus discípulos:
Marcos 8:35 "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su VIDA por causa de mí y del evangelio, la salvará".

En nuestras decisiones no deberíamos estar buscando nuestro beneficio, sino el del otro.
1 Corintios 10:24 "Ninguno busque su propio bien, sino el del otro".

Está claro que nuestro propio YO no debe ser el motivo de nuestros hechos.

Filipenses 2:3,4 "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros".

Los discípulos de Cristo viven vidas comprometidas a él. Entregan  sus vidas en el sentido literal. Otros GASTAN SUS VIDAS ENTERAS EN AUTOSERVICIO Y SATISFACCIÓN PERSONAL.

Vemos también en Lucas 3:11 "Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo".

Deberíamos amar a nuestro prójimo “más cercano” como nos amamos a nosotros mismos. Compartiendo todas nuestras comodidades y repartiendo al que no tiene ni para sus necesidades.
Ésta debe ser la marca en nuestro diario vivir.
El amor tiene que ser un reflejo de la relación que yo tengo con mi Señor.

Otra mujer que prefirió el bien del otro fue la esposa de C. T. Studd.
“Cuando él decidió dar toda su fortuna a Cristo, aprovechando la dorada oportunidad que se le ofrecía de hacer lo que el joven rico no pudo hacer, después de distribuir miles de libras esterlinas en la obra del Señor, reservó el equivalente de 9.600 dólares para su esposa.
Pero ella no fue menos que su marido.
-“Carlos”- le preguntó-, “¿Qué le dijo el Señor al joven rico que hiciera?”
-”Vende todo” le contestó.
-“Entonces comenzaremos bien con el Señor desde nuestra boda.”
Y el dinero fue a dar a las misiones cristianas”. Jonathan Goforth y Rosalind Bell Smith

Si no estás viviendo un renunciar a tu propio bien por brindarlo al otro, es lamentable, pero no estás viviendo para Cristo.
Tan sólo sigues una rutina que crees te llevará al cielo…


Verónica Rodas


.

Comentarios

Entradas populares