FORTALÉCETE EN EL SEÑOR


“Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza” Efesios 6:10.

Qué diferente se viven los días al despertar confiadas en el Señor. Al vernos resistir las batallas, porque nuestra fuerza está en el Dios inconmovible. Qué maravilloso es desarrollar esta virtud en nosotras. Esforzarnos, vivir confiadas, sabiendo que Dios nos está preparando para todas las situaciones que enfrentaremos. De esa manera, los resultados y el futuro, no tambalearán nuestra fe en que todo está verdaderamente en las manos de Dios.
En Proverbios 31:25 vemos el ejemplo de una mujer que se fortalece en Señor:
“Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro”.
¿Cuál es su secreto? La confianza que tiene en Dios. Confía en él y se mantiene firme ante cada situación adversa que se presente.
Está vestida de fuerza y honor, e incluso ríe. Ríe porque conoce al Dios soberano que la guía, la cuida, gobierna todas sus situaciones y actúa a su favor.

Ella tiene un futuro por delante y sonríe al verlo venir. Este ejemplo de mujer afronta segura el porvenir. Ha experimentado la fidelidad de Dios y confía en él para lo siguiente. Cuánto necesitamos este tipo de ejemplos.

Ella cada día acudía a la guía del Señor. Lo mismo debemos trabajar nosotras. Seamos mujeres espirituales que se visten de la fuerza y fortaleza del Señor. Esto no se consigue orando solamente sino rindiendo nuestro corazón en obediencia a él. Tienes que decir día a día: "hoy me vestiré con las vestiduras de Dios y confiaré en él".
Trabajemos para que al levantarnos sea mas importante la guía y fuerzas del Señor que ir a nuestro armario a buscar ropa para cambiarnos. Si realmente entendemos la importancia de depender de Dios cada día y cuánto eso influirá en todo lo que hagamos, todo cambiará, sin lugar a dudas.

Aferrada a la Palabra de Dios
Cada vez que tienes que hacer algo nuevo, diferente en tu hogar o tomar una decisión de la cual quizás no sepas el resultado, ¿qué es lo que ocurre en ti? ¿te invaden temores? ¿miedos?
Esta mujer “sonríe al futuro”. Ella confía plenamente en el Señor, sabe que él tiene el poder de suplir sus necesidades, el control de su vida.

Debemos aferrarnos a la Palabra de Dios, confiar en lo que Pablo decía: 
Filipenses 4:19 “Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.
Debemos confiar en eso.
Es algo que debemos decidir de manera consciente, depositar nuestra confianza en él.

“Fuerza”
La palabra “fuerza” es la misma que se usa en el versículo 17 “Ella se ciñe de fuerza,
y fortalece sus brazos”.
Es Dios quien la ceñía de fuerza. Su confianza en Dios le daba esa fortaleza física, mental y espiritual. Ella tenía esa fortaleza porque andaba en los caminos de Dios (Dt 33:25).
El ha prometido en Mateo 6:34 “Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas”.

“Sonríe al futuro”
Esta mujer no estaba preocupada por el futuro porque Dios la iba capacitando y preparando para lo que vendría. Nada, absolutamente nada la toma por sorpresa porque acude a Dios constantemente. Él es su guía.
Siempre confiada en las fuerzas del Señor.

La Biblia está llena de maravillosos ejemplos de mujeres que recorrieron este camino antes que nosotras. Confiaron en Dios y arriesgaron su vida, tiempo y esfuerzo, afrontando situaciones difíciles. Veamos algunas:

“Ejemplos”
Ana, confió en Dios en oración y ayuno (L 2:37).
Otras mujeres usaron su confianza en reuniones de oración (H 1:14).
La mujer del pozo, ayudó a ganar su pueblo para Cristo (Jn 4:39). 
Tabita fue una discípula, y tuvo un ministerio que ayudaba haciendo túnicas para las viudas (He 9:36-39).
Febe era ayudante en la obra del Señor (Rm16:1-2).
Mujeres sirvieron al Señor con sus bienes (L 8:3 ).
María ungió a Jesús con un ungüento muy costoso y se sentaba a sus pies, escuchaba su palabra (Jn 12:3, L 10:39).
La viuda dio lo que tenía (Mc 12:43).
Priscila ministraba para el Señor con su esposo Aquila (Rm 16: 3).

Todas ellas se mantuvieron como viendo al invisible, confiadas en él.
Necesitamos fijar nuestros ojos en aquél que puede hacer lo que nosotras no podemos; en Dios, quien es sabio, fuerte, justo y poderoso para sustentarnos, proveernos, sostenernos y darnos su gracia para todo lo que debemos hacer. Entonces, podremos transitar las pisadas de estas mujeres confiadas y firmes en Dios.

Salmo 18:2 "El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable”.
Salmo 84:5 “¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en ti,
en cuyo corazón están los caminos a Sion!”

Seremos felices si cada paso, decisión y circunstancia, la vivimos confiadas en el Dios que gobierna cada milímetro de todo lo que existe.

Isaías 46:9,10 "Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas,
porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho.
Yo digo: “Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré”.

Seremos felices si las fuerzas que necesitamos cada día, las recibimos sólo de Dios.
"¡Séllanos con tu guía, Señor!"



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