Salmo 7 - Dios está lejos de mostrarse indiferente




Salmo 7
“Jehová Dios mío, en ti he confiado;
Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame,
No sea que desgarren mi alma cual león,
Y me destrocen sin que haya quien me libre.
Jehová Dios mío, si yo he hecho esto,
Si hay en mis manos iniquidad;
Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo
(Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo),
Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;
Huelle en tierra mi vida,
Y mi honra ponga en el polvo. Selah
Levántate, oh Jehová, en tu ira;
Alzate en contra de la furia de mis angustiadores,
Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
Te rodeará congregación de pueblos,
Y sobre ella vuélvete a sentar en alto.
Jehová juzgará a los pueblos;Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia,
Y conforme a mi integridad.
Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo;
Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
Mi escudo está en Dios,
Que salva a los rectos de corazón.
Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
Si no se arrepiente, él afilará su espada;
Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
Asimismo ha preparado armas de muerte,
Y ha labrado saetas ardientes.
He aquí, el impío concibió maldad,
Se preñó de iniquidad,
Y dio a luz engaño.
Pozo ha cavado, y lo ha ahondado;
Y en el hoyo que hizo caerá.
Su iniquidad volverá sobre su cabeza,
Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
Alabaré a Jehová conforme a su justicia,
Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo".

David vuelve a acudir a la fuente de todo. Corre a los brazos de su precioso Salvador, a ese Padre amoroso que le toma en sus brazos y le protege. Él es nuestro refugio en medio de crítica y  oposición...

Cuánto dolor sentimos cuando sabemos que nos acusan injustamente. Nuestro dolor es aún más grande cuando por causa de esas mentiras, están haciendo tropezar a personas a las que amamos. Queremos ser testimonio y considerados con los demás, pero aparece esa persona determinada a causar conflictos...
Debemos, de la misma manera que hizo David, encontrar refugio en Dios cuando oímos una falsa acusación acerca de nosotros.
“Jehová Dios mío, en ti he confiado;
Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame”.

En Mateo encontramos que aquellos que son criticados injustamente y por causa de Cristo, tendrán “gran recompensa”, son los bendecidos. (Mt. 5:11 y 12).
Primera de Pedro nos dice que “no tengamos miedo de las amenazas” porque vamos a ser recompensados por sufrir injustamente. Recuerden que es mejor sufrir por hacer el bien (1 Pedro 3:13 al 17). Si nos acusan mintiendo, somos los bienaventurados del Señor. Él pasó por esto antes que nosotros y nos entiende, se hace nuestro mayor refugio y fuerza.
¡Él es nuestro defensor!


Verónica Rodas


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