Salmo 16 - ¿Dónde queda el peligro cuando Dios está presente?



David manifiesta en este Salmo la bondad de Dios, exponiendo su confianza en él. Dice: “guárdame”, protégeme, defiéndeme como un padre lo hace con sus hijos. Hazlo siempre porque eres mi refugio constante.

Salmo 16
"Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado" (vers. 1).
La confianza genera paz, seguridad y alegría, y David conocía esa sensación. Es como si dijera: Dios, soy propiedad tuya y todo lo bueno que tengo viene de ti. Eres mi mayor bien.
Hermana piensa en esa relación plena y de seguro querrás correr hacia ahí. Deja de confiar en cosas que dan soluciones momentáneas y felicidad pasajera y emprende una relación como ésta.

"Oh alma mía, dijiste a Jehová:
Tú eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.
Para los santos que están en la tierra,
Y para los íntegros, es toda mi complacencia"(vers. 2,3).
Experimentamos a Dios en plenitud y nos llenamos de gozo creyéndole a él y eso mismo le damos a la hermosa familia espiritual a la que pertenecemos. Ese corazón limpio hace que tengamos relaciones sanas, amigos fieles a Dios.

"Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios tomaré sus nombres" (vers. 4).
David deja claro que en esta clase de vida hay lugar para Dios pero no para los ídolos. Es más, claramente dice "ni siquiera los voy a nombrar, no hay lugar en mi vida para los falsos dioses. Yo entrego mi vida completa a Dios, soy exclusivo para él".

Dios es mi cuerda, quien me asegura, me sustenta.
"Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado" (vers. 5,6).

Qué hermoso es saber que Dios nos va llevando y guiando. La palabra “enseñar” lleva consigo la idea de instrucción, de disciplina. Su amor es sin fin.
"Bendeciré a Jehová que me aconseja;
Aun en las noches me enseña mi conciencia" (vers. 7).

Seguridad y protección es lo que siento cerca de él. Por momentos puedo temblar, pero me siento seguro al lado de mi Padre.
"A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido" (vers. 8).

Claro, no solo experimento seguridad al lado tuyo Dios, sino que me llenas de alegría y vivo seguro.
"Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
Mi carne también reposará confiadamente" (vers. 9).
Sin pecado, no quedaré en la tumba para siempre.
"Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción" (vers. 10).

David termina con una oración: "Yo quiero que mi vida esté a tu lado para siempre. ¿Dónde quedan los peligros? no hay lugar para ellos cuando Dios está presente"...
"Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre" (vers. 11).

¿De verdad quieres vivir esto?
Forma con Dios esa misma relación que tenía David. El resultado será:
Confianza, tranquilidad, paz ….
Gozo real
Amor verdadero de Dios y para Dios
Presencia continua de él
Libertad de cualquier pecado o debilidad
Promesas cumplidas
Victorias continuas...


Verónica Rodas


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