Salmo 19 - Dios no se esconde



David da testimonio con su boca de que hay un creador. No hay duda: Dios existe y no hay manera de esconderlo. Lo detalla en los primeros versículos:

Salmos 19:1-6
"Los cielos cuentan la gloria de Dios,
    Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;
Y éste, como esposo que sale de su tálamo,
Se alegra cual gigante para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida,
Y su curso hasta el término de ellos;
Y nada hay que se esconda de su calor".
Dios está desplegado en toda la creación. La naturaleza es una de las cosas que nos permite contemplar su gloria, la inmensidad de los cielos, del mar, la perfección de las cosas, etc... hay una proclamación de su gloria a través de toda la creación.

Dios no se esconde. Se muestra en la naturaleza y ahora en los versículos siguientes afirma la verdad de Su Palabra. El Señor nos dirige hacia sus mandamientos:
"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos" (vers. 7-9).

La Biblia es un regalo y al leerla:
Nos convierte (v.7)
Nos hace sabios  (v.7)
Nos alegra  (v.8)
Nos alumbra  (v.8)
Nos afirma  (v.9)

Cuánto necesitamos esta estabilidad. Amar su Palabra como dicen esto versículos que continúan en el salmo de hoy:
"Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
Somos guiados en el presente y en el futuro:
Tu siervo es además amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón.
¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío" (vers. 10-14).

¿Dónde estás buscando a Dios? ¿no lo puedes encontrar? ¿quizás estas buscando en el lugar equivocado? Este salmo nos enseña que Dios no está oculto, que por medio de la naturaleza lo podemos contemplar y por medio de su Palabra podemos conocerlo aun más y afirmarnos en él.

Recuerda: Dios no se esconde.


Verónica Rodas


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