Salmo 20 - ¿Tienes victorias que ganar?



David tenía que enfrentar una batalla y corre a Dios pidiendo la victoria que necesita. Quizás no te sientas tan identificado con la batalla de David, pero hoy tus batallas pueden ser: tu familia, tus hijos, tu trabajo, tu carácter, tu soledad, tu enfermedad… Dios te oye, ¡ora!

En los primeros dos versículos el pueblo confía en la fe de David, por eso le dicen:
Salmo 20:1,2
"Jehová te oiga en el día de conflicto;
    El nombre del Dios de Jacob te defienda.
Te envíe ayuda desde el santuario,
Y desde Sion te sostenga".

Él confiaba que Dios iba a:
Oirlo
Defenderlo
Ayudarlo
Sostenerlo

David tenía una confianza libre de dudas. ¡Cuánto necesitamos conocer a este Dios defensor! Y así, como David era testimonio para los que él lideraba, lo seamos nosotros para nuestro entorno.
Mira lo que sigue diciendo el pueblo:
"Haga memoria de todas tus ofrendas,
Y acepte tu holocausto. Selah
Te dé conforme al deseo de tu corazón,
Y cumpla todo tu consejo" (vers. 3,4).

Qué gran ejemplo el de David. Las personas más cercanas a él sabían que Dios le contestaría porque él era fiel a Dios. Por eso el corazón de ellos está lleno de gozo:
"Nosotros nos alegraremos en tu salvación,
Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios;
Conceda Jehová todas tus peticiones" (vers. 5).

¡Es tan necesario tener esta seguridad que tenía David! Pero, para poder tener esta seguridad diaria, necesito vivir como David vivía.
Dios iba a intervenir en este asunto sí o sí. En el siguiente versículo dice que Dios guarda a los que elige:
"Ahora conozco que Jehová salva a su ungido;
Lo oirá desde sus santos cielos
Con la potencia salvadora de su diestra" (vers. 6).
Sin duda solo Dios puede ser el exaltado. Nunca te jactes de tus capacidades o recursos. Actúa como lo hacen los hijos de Dios:
"Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
Ellos flaquean y caen,
Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
Salva, Jehová;
Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos" (vers. 7-9).

El final del Salmo termina de la misma manera que como comenzó. Dios te escuche en el día del conflicto. Dios sin duda va a oír a los que viven para él, y no solo los oye sino que los guía y les da la salida.

¿Tienes victorias que ganar? vive una vida acorde al llamamiento que Dios te confió.


Verónica Rodas


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