Salmo 34 - Vuelve a refugiarte en tu Padre y espera todo de Él

David conoce a Dios y es por eso que comienza bendiciendo, alabando y engrandeciendo a Dios. ¿Cómo no adorar a su Dios, cómo no alabar a aquél que lo acompaña en cada momento? La alabanza es una respuesta automática de un corazón que le conoce y está lleno de él:

Salmo 34:1-3
"Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre".

¿Por qué alabar a Dios? Por su bondad. Él contestó mis oraciones, me respondió y libró. Es importante orar, dirigir nuestra mirada a él, para poder tener resultados significativos en nuestras luchas. No hay lucha que él no pueda resolver:

"Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias" (vers. 4-6).

¿Por qué alabar a Dios? Por la seguridad que tenemos en él, nos guarda de peligro. Pero... ¡ojo!, dice que necesitamos tener “temor de Dios”, respeto, adoración, amor y devoción a Dios. Por este temor y admiración, debemos cuidar todo lo que él nos pide, y si realmente le honramos, tenemos una seguridad de protección continua y experimentamos un refugio seguro.

"El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él" (vers. 7,8).

¿Por qué alabar a Dios? Porque suplió todas mis necesidades. Otra vez vemos que Dios bendice a aquellos que le obedecen, que le buscan. Cuando veas una mala actitud en tu corazón es necesario que renuncies a ella y vuelvas a temer a Dios y le pidas ayuda.

"Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.
Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien" (vers. 9,10).


¿Por qué alabar a Dios? Porque es un Dios cercano a todos los que se acercan a él. Decide agradar a Dios para que puedas tener una relación cercana con él. Deja de quejarte, deja de dudar, abandona los celos, renuncia a las críticas y serás alumbrado. Disfruta la vida que viene de Dios.

"Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.
¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos" (vers. 11-16).

¿Por qué alabar a Dios? Porque me libró de problemas. Dios nos libra de todas las dificultades, nos presta atención, le importa lo que nos pasa.

"Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu" (vers. 17,18).

¿Por qué alabar a Dios? Porque tenemos promesa de ayuda. No dice que no vamos a tener problemas, lo que dice es: “que los que agradan a Dios enfrentan muchos problemas pero el Señor llega al rescate en cada situación”. Todos pasamos dificultades, pero solo guarda a los íntegros. La obediencia no es algo menor. Decide obedecer a quien puede librarte de todos tus conflictos.

"Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado" (vers. 19,20).

¿Por qué alabar a Dios? Porque Dios va salvar a los que le sirven, a aquellos que hacen su voluntad y no vamos a ser condenados. Estamos bajo su gracia.

"Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados.
Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían" (vers. 21,22).

Seguramente has intentado confiar muchas veces en Dios y caíste en la duda, temor, desilusión, desánimo... lo intentaste y te desanimaste. Yo te animo hoy a que vuelvas a confiar en Dios. El Salmo termina diciendo: “ninguno que se refugie en él será condenado". Vuelve a refugiarte en tu Padre.


Verónica Rodas


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