Salmo 64 - Dios libra del pánico

David, envuelto en amenazas se queja ante Dios. Siempre vemos la queja como algo malo y sí que lo es, pero David no se queja a la nada sino que lo hace ante Dios, que es quien puede ayudarlo. Es increíble cómo David usa constantemente la oración como su fortaleza en las situaciones más terribles. 

Salmo 64:1

"Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo".

Seguramente muchas veces has querido saber qué piensa tu enemigo y aveces hasta no hayas podido dormir meditando en que pensará, que estará planeando.

David pide a Dios que le guarde de eso que están planificando hacerle sus enemigos. Cuánta esperanza y paz nos da saber que Dios nos guarda de los planes que no conocemos que están ideando nuestros enemigos. 

"Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la conspiración de los que hacen iniquidad" (vers. 2).

¿Qué hacen estas personas enemigas de David... estos pandilleros que conspiran maldad?: 

1. Largan palabras amargas 

2. Te atacan de repente y sin temor 

3. Se incitan unos a otros a hacer el mal 

4. Dicen: “hemos diseñado un plan perfecto” 

"Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen. Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver? Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo" (ver. 3-6).

La petición de David es oída y Dios permite que sea libre del pánico. Vemos un increíble panorama: 

1. Dios mismo va a actuar 

2. Su propia lengua los arruinará  

3. Los que lo vean menearán su cabeza en señal de desprecio

4. Son vencidos por sus propias armas 

"Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas. Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean" (vers. 7,8).

Dios actuará y el resultado será notorio:

"Entonces temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; y se gloriarán todos los rectos de corazón" (vers. 9,10).

Verónica Rodas

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