Salmo 76 - Necesitamos vivir esto

Salmo de Asaf. Cántico.

El Salmo comienza de una manera que me encanta: la Iglesia reconociendo a Dios. Un círculo de personas que ama a Dios y dice: “Él es conocido entre nosotros” y “es grande”.

¡Qué experiencia increíble! Ver a Dios obrando entre sus hijos provoca sin duda una alabanza verdadera. Ver cómo Dios derrota a cada uno de nuestros enemigos inflama nuestros corazones y nos llena de temor hacia Él a todos.

SALMOS 76

"Dios es conocido en Judá;

En Israel es grande su nombre.

En Salem está su tabernáculo,

Y su habitación en Sion.

Allí quebró las saetas del arco,

El escudo, la espada y las armas de guerra.

Selah" (vers. 1-3).

Imaginemos esa congregación, viendo con sus propios ojos a Dios realizar milagros, siendo liberados, experimentando su amor cercano y como Él sale en defensa de los débiles.

"Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza" (vers. 4).

Cómo cambiaría nuestra actitud si en realidad experimentásemos lo que esta congregación experimentó. Si entendiéramos que esto mismo nos puede ocurrir hoy.

Miramos a nuestro alrededor y los enemigos que vemos parecen gigantes que nunca llegaremos a vencer. Pero cuando Dios aparece, aquellos que se creían poderosos, ahora no saben para dónde salir corriendo. Dios entró en escena y ellos ahora quedaron confundidos y débiles. ¡Necesitamos vivir esto!

"Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño;

No hizo uso de sus manos ninguno de los varones fuertes.

A tu reprensión, oh Dios de Jacob,

El carro y el caballo fueron entorpecidos.

Tú, temible eres tú;

¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?

Desde los cielos hiciste oír juicio;

La tierra tuvo temor y quedó suspensa

Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar,

Para salvar a todos los mansos de la tierra.

Selah

Ciertamente la ira del hombre te alabará;

Tú reprimirás el resto de las iras" (vers. 5-10).

Después de ver milagros con sus propios ojos, de alabar a Dios por lo que vieron e inflamar su corazón con deleite hacia él, ese grupo de personas es impulsada a “prometer” y “pagar” a Dios con sus vidas. No solo dan una linda canción armoniosa, sino que con el valor que tiene un soldado se comprometen con él y Dios termina siendo temido por sus enemigos, por todos aquellos que habían emprendieron una guerra hacia Él y su pueblo.

"Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios;

Todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas al Temible.

Cortará él el espíritu de los príncipes;

Temible es a los reyes de la tierra" (vers. 11,12).

Hoy esto está a nuestro alcance. Ellos tenían enemigos, nosotros hoy también; ellos tenían un Dios poderoso, nosotros tenemos el mismo que ellos. Sin duda, ¡necesitamos vivir esto hoy!

Verónica Rodas

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